martes, 23 de junio de 2015

Macho es el que se la come de parado


Eso de manipular cubiertos a la hora de comer un par de porciones de pizza al paso demuestra que hay mucho refinado que quiere pasarse a nuestro bando, el de los crotos felices.

Si me cruzás por la calle seguramente me reconozcas por mi pantalón de jean roto, el pulóver lleno de bolitas y las zapatillas de cuero con más kilómetros que remise del conurbano. Inclusive, cuando trabajaba en el centro, usaba esas camisas de 4ta marca, estilo “capri” de mangas porque me quedaban cortas, y el traje con más arrugas que papel aluminio para cocina.


Pero así croto… era feliz con poco. ¡Qué ricos que éramos cuando
no teníamos ni preocupaciones!


La pizza al paso en la capital del churrasco es parte del folclore del oficinista, la secretaria ejecutiva, el motoquero y el tramitero, junto con ese odio a las bocinas de los taxis, los manteros con gorritos de lana y los puestos de diarios, ni hablar del hollín presente en cada centímetro cúbico del microcentro. Una de cal y otra de muzzarella.

Entiendo a la gente que le gusta cortar al mediodía para comer tranquilo, y se toman una horita mientras gastan la mitad del tiempo matando el hambre con la panera esperando a que la cocina se digne a mandarles un simple filet de una merluza vetusta con aromas sacados del desinfectante para pisos.

También entiendo a quien se lleva la vianda; interesante espécimen de la evolución del homo erectus separado del humano con raciocinio desde el día en que decidió calentar un guiso de lentejas en el microondas, dejando así un salpicré con aroma a chorizo colorado. Genial para que el próximo empleado raso pierda las ganas de calentarse algo para comer.

Comprendo el accionar del llamador de delivery, ese tipo triste que espera una hora cuarenta y cinco minutos a que le llegue su salteado oriental, lo más parecido a un revuelto de gramajo chino hecho de los sobrantes de toda la semana… y lo come feliz haciendo malabares dignos del Cirque du Soleil entre el teclado, el mouse, las menciones de Twitter, el llamado de la madre que le pregunta “¿te abrigaste el fin de semana?, ¡hizo mucho frío! ¡¡¡A mí se me helaron las manos!!!” y las tres ventanitas de chat de Facebook  de amigos que no ven desde la promoción ’97.

Pero al que banco a muerte, al que le doy mi voto positivo, es al que sale a comer en cinco minutos, y de parado. Porque el motivo para comer rápido y atragantarse con el alimento se justifica al aprovechar esos minutos restantes para hacer algo relajante, como no hacer nada.

Convengamos en que, si sos más o menos piola y te caminaste el centro, conocerás de esos lugares especiales, como el convento de Reconquista 269 para leerte un par de capítulos de alguno de los grandes libros del grosso de Tony Bourdain, o tomar fresco en primavera a la sombra de los árboles de Plaza San Martín (siempre evitando que te “choriflauteen” el iPhone)… o, ¿por qué no tomar un poquito de color para disimular que no nos alcanzó para Mardel en alguno de los asientos del oligarca Puerto Madero?

No sólo le doy mi abrazo de gol al laburante por su militancia diaria al descanso durante el almuerzo. También valoro su honestidad culinaria porque, para tener a sus pizzerías elegidas tuvo que comer al menos una vez en cada una de las barras de estos magníficos lugares.


Lo mismo que hice yo, lo hicieron miles de foodies.


Charlando en Twitter con Mati, alias Ken Adams, un capo de la gastronomía y los placeres culinarios, llegamos al acuerdo sobre varias de las grandes pizzerías como las preferidas. Triangulando opiniones con más gente, nos dimos cuenta de que, más allá del gusto personal de cada uno, ninguna de las pizzerías tuvo una mala imagen o recibió el comentario: “ahí no voy ni a palos”. Al contrario, el nivel general de calidad resultó ser más elevado de lo esperado.

He aquí el resumen de las pizzerías del centro porteño para comerse una porción en la barra:


  • LA AMERICANA (Bartolomé. Mitre y Callao) Al molde, masa alta, con trocitos de tomate, no mucho queso, ligera para comer al mediodía. Además de que me gustó el ambiente, a las 10 de la mañana podés pedirte una porción y no te miran con cara de borracho con resaca.





  • KENTUCKY (varias sucursales): Molde, ligera, poco tomate, rica, buena en términos generales. No tengo mucho que decir, ni para bien ni para mal. Lo que más me gusta es tener 24 horas disponible un lugar para bajonear cuando el alcohol pide alimentar al estómago.




  • EL PALACIO DE LA PIZZA (Corrientes y Esmeralda): Molde, bien alta, sabrosísimo queso, muy buen tamaño, rica masa. Me atendieron con la mejor onda, rápido, con una sonrisa y si les das charla se copan para hablar.  Quiero una pizzería así a la vuelta de mi casa. La que más me gustó.




  • BANCHERO (Corrientes y Talcahuano): Dejemos de lado un segundo la porción de mozzarella y vayamos a lo mejor de este reducto: la de verdura. Mucha salsa blanca, queso gratinado por arriba, bien salada, la masa medio molde, porción grande. Para mi gusto es la mejor pizza de verdura, vayan y prueben. Merece una estrella Michelin.



  • GÜERRÍN (Corrientes entre Uruguay y Talcahuano): Aunque se pronuncie la U, para mi va a seguir siendo siempre “El Guerrín”. Al molde, masa pesada, aceitosa, rica, con cebolla. Quizás me odien, pero no es de las que más me gustaron. Es buena, pero en una pizza al molde busco que sea ligera.




  • EL CUARTITO (Talcahuano 937): Queso rico y suave, media masa, ligera, poco tomate, masa crocante, salón ruidoso, muy típico de bodegón, al paso total, un clásico de clásicos, abre recién 12:30. Muy al paso, una de las que más me gustaron.





  • LAS CUARTETAS (Corrientes y Suipacha): Rica, mucha mozzarella, grasosa, una bomba. Me gustó más la de verdura que la de muzza, pero por relación precio/calidad iría a otras pizzerías. Ni hablar si te pedís una Coca en botellita de vidrio; te llega la cuenta y te acordás del restaurante “Uy, nos rompieron el orto” de Peter Capusotto. Da para comer de parado, y comprarse la bebida en el kiosko.


  • LA REY (Corrientes y 9 de Julio): Molde, ni liviana ni pesada, queso sabroso y picantón, muy buena. Ojo con el horario, hasta las 11am no te abren las puertas. 


  • UGGI’S: Finita, al punto que no creo que usen levadura alguna. Por el precio, está de más pedirles algo más de lo que ofrecen. En lo personal prefiero pagar más por una excelente porción de buen tamaño que pagar poco por dos porciones que parecen galletitas de agua con queso. Va en gustos, y en capacidad monetaria. No valía la pena sacar foto.


  • LA CONTINENTAL: Hace buenas empandas y tiene una carta más amplia que otras pizzerías (por platos) pero la pizza está promediando al resto sin destacarse en nada especial. A la par de Kentucky. No saqué foto.

Aclaraciones:
  1. Los Inmortales y Almacén de Pizzas no tiene pizza al paso.
  2. Me faltó La Mezzetta, El Fortín, Santa María, pero no quedan cerca del centro, por más que sean excelentes y tengan la opción al paso.
  3. Si bien amo El Cedrón queda en Mataderos y ya es demasiado lejos para ir a comer pizza al medio día.


El Guerrillero Culinario


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3 comentarios:

Amazona en Singular dijo...

Te recomiendo que vayas a Monzú pizzeria es en Cabrera 3975, hacen pizzas con bordes rellenos y su especialidad la pizza negra elaborada con tinta de calamar. Saludos!

Amazona en Singular dijo...

Te recomiendo que vayas a Monzú pizzeria es en Cabrera 3975, hacen pizzas con bordes rellenos y su especialidad la pizza negra elaborada con tinta de calamar. Saludos!

Guillermo dijo...

Guerri, te rebanco en todo, pero el Cuartito es incomible y encima super careta/snob todo. Lo mas, La Americana para mi, a las 4 am de regreso a casa.

Abrazo