lunes, 31 de enero de 2011

Reflexiones - Tomá perfume, tomá

Últimamente noto que algunas publicidades de espumantes o bebidas alcohólicas siguen la misma concepción que las publicidades de perfumes. Y esto es muy interesante, porque si uno analiza el producto (perfume) se da cuenta que la única forma de venderlo es a través de una representación de la forma de ser, una idea, un gusto, un perfil, algo con lo que el cliente se sienta identificado.

Pero ¿por qué aplicar eso a las bebidas? Uno puede expresar una idea de grupo de pertenencia a través de una publicidad graciosa (como a veces usa Quilmes), puede mostrar lo refrescante que es una bebida (como Brahma) o puede lograr un vínculo basándose más en una ideología que en la bebida en sí (como Chivas Regal o Johnny Walker).

Pero la publicidad de Chandon parece una publicidad de Kenzo o Channel. Para colmo, cansado de ver esa publicidad, encuentro una para el público extranjero que es excelente ¿Qué pasa? ¿Somos tan huecos que sólo nos sentimos representados por una publicidad medio delirante?


Una que me provoca lo mismo que las películas de héroes norteamericanos que salvan al mundo (no te olvides que el centro del universo es New York City) es la publicidad de Frizze. Realmente me cae muy mal. No soy un tipo fiestero, pero no tengo que serlo para darme cuenta que no existe un concepto de festejo tal en Capital Federal como el que muestran acá, donde pasás de estar viendo la TV por cable a abrir una botella de vino con gas carbónico y tu departamento de 40 mts2 se transforma en Opera Bay o Million, lleno de mujeres que sólo modelan para Pancho Dotto y flacos todos vestidos con ropa de Levi’s, lentes de sol negros de noche (¿?), saltando, tomando y haciendo pogo como si tu vecino no vaya a llamar al 911, a Policias en Acción y a Cámara Viva para que vengan a romperte la puerta y llevarte preso por incoherente. No digo que lo único que te pueda provocar ese vino sea la cara de resaca de la publicidad de Alikal, pero creo que el concepto es tan irreal que ya se les fue de las manos.



Por último, como está de moda el tema del bicentenario (Sí, el post sobre comidas del Bicentenario es el más leido de este blog, lejos) cualquier empresa, sea de neumáticos, seguros o cervezas se hace publicidad con este lema. Es cierto que Quilmes tiene muchos años en el país y querían mostrar algo representativo de su permanencia en el mercado. En lo personal se me ocurrió que una publicidad interesante hubiese sido comparar al consumidor con los indígenas de la tribu de Quilmes (por quienes le pusieron el nombre al barrio en Buenos Aires) que eran bravos, jodidos, machotes y no esos metrosexuales que toman Levité o Aquarius de Pera. Pero no, tenían que hacer una publicidad donde Quilmes festeja su cumpleaños al lado de muchas cervezas importadas, varias de las cuales son infinitamente mejores a la nacional ¡Stop! Creo que a Quilmes le faltan muchos años de sopa para ponerse a la altura de una Leffe.



Sí, ya sé... me fui a la banquina...




El Guerrillero Culinario


2 comentarios:

Leno. dijo...

De acuerdo con todo, como odio esa publicidad de Frizee! ¿Que van a hacer después uan publicidad sobre la fiesta después del baile de graduación? Y lo de quilmes no tienen nombre, cada vez que ves la publicidad maldecis no vivir en europa y tener que soportar que en el 90% de los bares te vendan esa cerveza de cuarta. Que encima no se quien me dijo que la hacen con arroz (o algo asi) y por eso te deja la resaca horrible que te deja, a diferencia de las europeas.

Trix, la cocinera. dijo...

Aborrezco visceralemnte la publicidad de Quilmes de las botellitas pedorras! menos mal q álguien lo puso en palabras!!!
Y creo q Quilmes, se hace con alpiste.

saludos!