martes, 25 de marzo de 2014

Reflexiones de un cocinero sobre Anthony Bourdain

Cuando era un niño, un infante, soñaba con ser astronauta (¡vamos! ¿quién no soñó con ser astronauta?). Para mí era todo un logro, lo mejor que me podía pasar en la vida.

Ya cuando entré a la adolescencia (una especie de estado vegetativo del que casi nunca se sale) creía que el logro personal era ser rico, muy rico, como Donald Trumps. Tener plata, comprarme lo que quiera, vivir en un departamento lujoso.

Hoy, con 34 años, me gustaría ser Tony Bourdain.

Sigo a Anthony Bourdain hace bastante.
En parte porque su forma ácida, su falta de tacto a la hora de hacer comentarios y su hambre voraz por comer cualquier cosa que los jugos gástricos puedan digerir son características con las que me siento identificado.

También lo sigo por, vaya a saber uno, que extraño proceso en nuestras mentes nos quiere hacer creer que podemos absorber la experiencia, las sensaciones y los placeres a través de un programa de televisión. No me van a decir que, aunque sea por un pequeño ratito, no se sienten parte de Vietnam, Canadá o Suecia, mientras lo ven comiendo y tomando cual Déjà Vu de la última cena.

Pero… ¿Por qué ser Anthony Bourdain y no Donald Trump?

Simple. Plata puede tener cualquiera. Que te abran las puertas en todo el mundo para darte de comer, alimentarte el alma con los platos más caseros y ricos que puedas probar, viajar despreocupado por conseguir hotel cinco estrellas porque lo mejor que te puede pasar es dormir en el comedor de un restaurante coreano y despertarte con unos noodles picantes…

Porque si todo eso no es lo más grandioso que me puede pasar en la vida... ¡Díganme qué!

El Guerrillero Culinario

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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo siempre quise ser Bourdain. Hice un lance a un canal de comidas para que, al menos, me banque viajando por Argentina. Obviamente, la negativa fue absoluta. En fin, quién dice que algún día... Algún día...

Anónimo dijo...

Yo también quiero ser BOURDAIN. Pónganme en la lista

Urbano dijo...

A mi tambien me encanta Bourdain, más o menos por lo mismo que le gusta a cualquiera. Pero me pasó algo curioso, el programa sobre Argentina, me pareció malísimo, por lo que me pregunto si su gusto y opinion gastronómica no sera igual de mala para todos los paises. Sin embargo los programas que hizo de España estuvieron muy bien ( y estuve 3 veces en España morfando de lo lindo y laburando en gatronomía). En fín , quiza debamos darle otra oportunidad. Saludos. PD: lo que me gusta de tu blog es que tiene un "buqué" a Bourdain que me encanta y al mismo tiempo tiene una clara identidad nuestra. Abrazo. Urbano

Guerrillero Culinario dijo...

Urbano,

Primero, gracias por el comentario final. Siempre fui ácido para escribir y opinar, algo similar a la forma del relato "en off" de Bourdain de los programas.

Lo que decís es muy interesante. Si uno se pone a pensar fríamente es cierto que el programa de Argentina fue malísimo, y los de otros países a uno le encantan, entonces da para pensar qué tan buenos son. Respecto a eso te puedo contar mis dos formas de pensar:

1 - Fui a comer a algunos de los lugares a los que fue Tony: Le Royal y Robert et Louis en París, U Medvidku y el puesto callejero en Praga, el puesto de salchichas bajo la vía en el norte de Berlín, Roma Sparita en Roma, Al Covo en Venecia, y te puedo decir que en todos la pasé realmente bien, y fueron de los lugares a los que volvería a ir mil veces sin pensarlo, entonces... el problema no es adonde va.

2 - El problema es haber llegado a Argentina, un país corrupto donde vas a lugares a comer según el interés de la gente que mueve las tendencias. Cuando vino Andrew Zimmermn fue a comer a Paladar junto a Fabian Couto. Todo bien con Paladar, pero que la "cara visible" de la Guía Oleo lleve a un tipo que come cosas raras a comer a un restaurante a puertas cerradas me pareció la pelotudez más grande de la historia. Todo porque el gordo impresentable de la Guía es el que tiene chapa para llevar a Andrew a pasear. ¿Comer algo raro? Nah, lo llevaron al restaurante de un "amigo" de ellos para darle prensa a ese lugar. O sea, el programa es malo porque esos grosos de la culinaria fueron llevados por los intereses personales y no por la espontaneidad de comer... así que todo bien, pero el problema somos nosotros como país =(

Urbano dijo...

Hola Lionel:
Gracias por tomarte el laburo de responder mi comentario. Que loco esto de "lo que somos como pais" cuantos sentimientos encontrados que me produce; seguro que da para escribir libros, que seguro ya se escribieron.
Como el blog es de gastronomía y la carta toca el tema de los ventajeros y el amiguismo, ajustémonos a ese asunto.
Primero: Producimos morfi para 300 millones de personas pero todavia hay hambreados en Argentina. Si ya se, es un tema político (pero tambien es de gastronomia y garcas)
Segundo: Por que la comida es tan cara en Argentina ??? con exepción de la carne ........ hace uno meses publiqúe en "Fakebook" un post donde me mostraba enojadísimo al tener
que pagar 20 mangos el pedacito de muzza La sere.... y al mismo tiempo pasaba el link de un mercado italiano online donde el precio de la Muzzarella fior di latte con denominacion de origen era similar; con una leche más cara , transportes más caros y obreros mejor pagados y esto en general es aplicable a todo el mundo lacteo. Por que carajo los lacteos en Argentina (que es un productor de estos insumos) son tan caros ????
Tercero: En general estos lacteos son bastante chotos y tienen una falta de homogeneidad en el gusto a lo largo del año que es ofensiva. Vos viajaste por Europa ( yo viví en España y anduve por Italia y Amsterdam) y te comiste todos los quesos que pudiste (yo hice lo mismo) Tan dificil es poner un organismo que regule la calidad de nuestros quesos y fiambres? Tenemos que feedlotear a nuestras queridas vaquitas ? Cristina tiene el título de abogada ?
En fin ...... probablemente se pueda responder a estos y a otros cuestionamientos con la frase"- esta lleno de garcas" .
Por suerte hay queseros , fiambreros , cocineros y bloguers que apuestan por darle otra vuelta a la tuerca y me dejan lleno de esperanza y provechitos de satisfacción.
Un abrazo.Urbano