La verdad es que, para algunas cosas, soy un tipo con mucha
suerte.
Ahora, cuando tenés suerte (o dinero), la cosa cambia.
Una de mis rachas de suerte (que bien tendría que haber
aprovechado para ganarme el Quini 6, pero no) fue cuando volvía de España con mi
cuñado. Nos quisimos anotar en el precheck-in y no podíamos. Fuimos al
aeropuerto y, al parecer estaba bastante llenito el avión. En una de esas nos
informan que nos pasaban a Bussiness Plus (Iberia). Con el salto más bajo podía
cambiar los reflectores de la cancha de River Plate.
Justo en ese momento recordé que le había dejado la cámara a
alguien en España y no tenía forma de registrar la comida. Sin embargo lo que
más me dolió fue no poder registrar el momento en el que mi cuñado (un tipo que
carece de paladar) decidió hacerme caso y probar el atún ahumado (sí, te sirven
eso de entradita). Imagínense mi cara de asombro cuando dijo: “Me gusta”.
Cuatro comidas tiene en su paladar. CUATRO. Y lo hice probar atún ahumado y le
gustó.
Después de probarme todos los vinos de Rioja que tenían
disponibles y comer más que bien podía dormir las 11 horas que me quedaban de
vuelo.
Todo esto se acompañaba con vinos de Luigi Bosca y Champagne
(sí, D.O.C.) francés. Calculan una botella por persona, entonces podés tomar el
blanco y los 3 tintos que ofrecen, además de tomar Champú. De esa forma todos
quedamos tumbados y nadie molestó al personal por el resto de la noche.
Dato anecdótico. Así como en la película de 007 donde Bond
va a pedir a “la barra” un martini, en la primera podés pedir tragos y te los
hacen bastante bien.
Eso sí. Cuando pregunten el costo del pasaje, se les van las
ganas de comer.
El Guerrillero Culinario
1 comentario:
Muchas gracias por la envidia que nos has dado! jeje
Espero algún día tener la suerte que tuviste, aunque viajando con Ryanair para la mayoría de mis viajes... jejeje Almenos puedo decir que la lasaña a bordo tiene buen gusto!
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