jueves, 7 de octubre de 2010

Prodeo Lounge - La onda y la gastronomía de la mano por Palermo

Nombre: Prodeo Gastro Lounge
Tipo: Lounge, Bar, Restaurante
Estilo: De Autor
Dirección: Gorriti 5374, Capital Federal
Teléfono: 4831-4471

Evaluación

Cocina: Excelente
Ambientación: Muy Buena
Atención: Excelente
Precio: Elevado

Ideal para: Gente con onda, Sibaritas bolicheros


Llegamos a este lugar en Palermo pero alejado por una cuadra del circuito típico de Serrano y alrededores. Desde afuera tiene la estética muy similar a otros bares, lounges, de la zona, con un aire minimalista y una entrada en la que faltan los flashes para sentirse en una pasarela.

Ya dentro nos encontramos con un multiespacio gigante que tiene diferentes sectores como para que uno elija cómo quiere pasar la noche. Están las mesitas altas con banquetas y la barra coronando la entrada, siguen mesas a lo largo para picar algo y otras más ocultas para alejarse un poquito del movimiento del bar. La altura del techo en el centro del salón le da un espacio y un aire difícil de encontrar en los bares diseñados en los pequeños lotes disponibles.

El movimiento del lugar es muy diferente al que uno puede estar acostumbrado en un restaurante, así como la gastronomía es superior a la que uno está acostumbrado en bares o boliches.

Al principio nos trajeron una panera con panes caseros muy ricos, y un vasito con un hielo de tomate similar a un gazpacho mientras nos explicaban los 3 tipos de sal que había en la mesa, una sal con cáscara de cítricos picada, otra sal baja en sodio (del Himalaya) y una tercera con hierbas.

Como entrada probamos el Paté de Jabalí (rico y equilibrado para ser una carne de caza) que venía junto a lo que llaman Compota de cebolla colorada y Malbec, que es muy similar a un chutney, pero menos picante, mucho más especiada (con el predominante del anís estrellado) y un aire de perejil que le aportaba un poco más de color a la decoración. El tamaño de la entrada era muy grande, al punto que vale la pena compartirla.

Con una gastronomía de autor, buenas presentaciones pero nada estrambóticas, nos encontramos frente a un concepto gastronómico y no, como suele pasar, frente a platos o estilos preestablecidos. Vamos a dar nuestra opinión de los platos, aunque capaz no estén presentes cuando ustedes visiten el lugar, ya que los cambian de semana en semana.

Esta idea de cambiar los platos viene de la mano de un Chef extranjero y de su visión de la gastronomía muy diferente a la nuestra. Hoy está de moda ver a Buenos Aires como una fábrica de cocineros. Sin embargo, sigue siendo una ciudad con pocos Chef. Cocinar cocina cualquiera pero transmitir los conocimientos, armar una carta y combinar sabores en un plato no se aprenden en dos años de cursada. La globalización nos trae todo al alcance de la mano, salvo la experiencia, y aquí es donde se nota que el Chef no es argentino y tiene una visión de la gastronomía más amplia que la nuestra.

Recién ahora está empezando a tener más fuerza en Argentina la modalidad de la gastronomía de mercado, porque hasta hace poco comíamos los mismos platos en las cuatro estaciones, y hoy hay algunos restaurantes que están ofreciendo productos disponibles en el momento. Por este motivo los platos varían, manteniendo el mismo concepto gastronómico: usar productos nobles, verduras orgánicas, cocciones prolijas y delicadas, y mucha, pero mucha atención a los sabores.

Como principales pedimos una bondiola de un espesor considerable en una salsa de dijón con más sabor a reducción (demi-glace) que al picante mismo de la mostaza acompañada por un chutney de pera y membrillo que combinaba perfecto.

Por otro lado pedimos un salmón confit al vacío (colocan la pieza de pescado en una bolsa especial, lo sellan al vacío y lo sumergen en un baño maría), lo que le da una textura inmejorable, bien cocido por fuera, con el centro todavía jugoso, con todos los sabores del salmón sin perder aromas y conservando la forma y la textura. Este plato venía acompañado por un puré de calabaza y verduras (zanahoria, zucchini, espárragos, endivias) que, al probarlas uno reconocía ese sabor característico de la verdura orgánica.

Ya con la panza llena y el corazón contento pedimos la carta para ver los postres. Con nombres sofisticados y sabores que recuerdan mucho los antojos de las embarazadas optamos por la Degustación de Dulce de Leche. Noble producto argentino que, manipulado por un holandés que se ocupa de investigar sobre productos autóctonos y aplicándole técnicas francesas y belgas, da como resultado un delicado Crème brûlée con un mini churro (si hubo algo simpático era ver ese minichurrito en el postre), un budín de pan brioche y un volcán de dulce de leche que aplasta a cualquier volcán de chocolate que haya comido.

En resumen, este espacio multifacético que abrió hace poquito tiene un equilibrio entre la onda de bares conocidos como Liquid o Milion pero con una gastronomía excelente como Olsen y con precios realmente competitivos en un mercado que no llega a regularse por la demanda de extranjeros y la moda de los sibaritas. Los platos no tienen un precio determinado sino que se paga por los pasos que uno va a elegir, sean 2, 3 o más pasos. Como referencia una entrada y un plato o un plato y un postre cuestan $87, más el cubierto y la bebida. La carta de vinos es muy buena y los tragos varían de algunos clásicos a otros que van reinventando en la medida que encuentran productos de estación frescos y buenos. Siendo también importante el estar bien atendido, con más mozos que comensales atentos a las necesidades de cada uno, así como el gerente que pasa por las mesas para verificar que todo esté bien y ayudar al personal manteniendo todo en orden.




El Guerrillero Culinario

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