

"¡Con una semana te conocés Londres!", "Dos días en Firenze son suficientes" o "Andá a Praga 2 días y ya te la caminaste toda". Frases que uno aprende a dejar de lado porque, los que las dicen, no tienen una mierda de idea de lo que es conocer una ciudad. Eyaculadores precoces del turismo.

Uno de los lugares a los que voy a ir una y mil veces es U Tří růží (en Husova 10/231). Admito que la primera impresión del nombre fue suponer que se llamaba "Los Tres Rusos", porque viste que para la jerga del porteño el Ucraniano, Checo, Polaco, Alemán, caucásico o rubio de ojos celestes es "Ruso". Resultó ser "Las Tres Rosas". Nada que ver, pero tampoco se un carajo del idioma checo.

La comida del lugar es excelente, todo lo que probé es muy rico, y las cervezas que tienen son excepcionales. Lo más extraño es su ubicación: a tres cuadras del puente Carlos. Es como que te digan que a 3 cuadras del Obelisco tenés un bodegón barato, de calidad, y con buena atención. De no creer.
Mi otro lugar en Praga es U Medvídků (queda en Na Perštýně 345/7). Para empezar tengo que decir que el lugar me pone un poco nervioso. Como que es Bar, Restaurante y "Bar-Bodega-Brewery". Todo en uno. Pero todo por separado.
La cosa es así. Depende por la puerta que entres o caés en el bar o caés en el restaurante. Me pasó de entrar y esperar que me sirvan comida y que me echen a patadas en el culo para otro lado, porque ahí sólo servían cerveza. Para colmo, re feliz querés que te sirvan, por ejemplo, la Old Gott y no, esa la sirven en el otro lugar. ¿Qué otro lugar, flaco? ¡Me ponés loco, me ponés!

La cosa es que en el bar de arriba te sirven excelentes cervezas muy similares a algunas artesanales argentinas, con una densidad notable, gracias a que le meten kilos y kilos de cebada. No escatiman en nada. Parece que te licuaron un pan y con eso te hicieron birra.
Acá el salón está mucho más vacío que el de la planta baja, hay menos ruido, y la gente es más checa que extranjera.

Todo es sustancioso, pero tranqui, hay mucha birra para bajar. Todo en medidas de medio litro. Acá si le pedís un vaso chico el checo te mira con cara de odio. Es como ponerle ketchup al asado. Algo así.
De morfi te recomiendo cualquier corte de cerdo grande. Ojo que hay que leer la carta en inglés, porque sino te van a traer 1 kilo de chancho y te va a dar bronca tener que dejar tanta comida en el plato. Muchos de los platos se acompañan con ese pan checo hervido de huevos, pan viejo, leche, y no recuerdo bien cuantas otras cosas. A mi me parece genial.
Eso sí, de postre no te recomiendo ni siquiera probar el helado de cerveza. Me pareció algo insulso que no valía la pena pedir. Los checos nacieron para hacer guisos, concentrá tu estómago en eso. Y cerveza, que la verdad, hacen las mejores del mundo.

Creo.
El Guerrillero Culinario
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